Extrañas llamadas
1.
El último viernes de un mes que resultó bastante
atribulado, mi esposa y yo conversábamos en la recámara al medio día cuando
entró una llamada a mi celular: no suelo atender números desconocidos, pero
algo me dijo que lo hiciera.
– diga – contesté secamente dando a
entender que si pretendían venderme algo habían cometido un error.
–
¿puedo hablar con el señor Alfredo? – dudó.
–
su servidor – respondí manteniendo el tono neutro – ¿en qué puedo servirle?
–
habla la mamá de Samira – dijo y de inmediato sentí una punzada en el estómago.
Mi esposa y yo cruzamos miradas, y abrí la bocina para que ella escuchara lo
que ya estaba seguro sería una mala noticia.
–
disculpe si lo interrumpo en algo… sé que no nos conocemos, pero Samira me
habló mucho de usted… y… llamo para decirle que se ha ido, ya no estará más con
nosotros.
Mi
esposa abrió los ojos, soltó un “qué horror”, salió de la recámara y bajó a la
sala. Cerré el altavoz, me dispuse a recibir el detalle de tan mala noticia y los
siguientes 40 minutos fueron de una difícil conversación con una desconocida, que
pese a tener una larga amistad con su hija, nunca me dijo el nombre de su
progenitora.
2.
Aquella
plática (más allá de la advertencia de que a partir de ese día Samira se
convertiría en una ausencia), era una llamada que dado el trabajo espiritual que
realizo, mismo que me ha enfrentado a casos inverosímiles, no debía desconcertarme,
pero tras el detalle de las causas del deceso, algunas anécdotas de sus viajes
(que desconocía, salvo las que citó de su paseo por las calles de Paris que ella
misma me compartió), así como las rutinas y los ahora espacios vacíos en su casa
y con los que su madre no podía lidiar, surgieron un par de referencias que consiguieron
conmoverme.
Los
resumiré en dos temas: el primero, relacionado con pormenores de mi relación con
ella y de la cual su madre estaba perfectamente enterada, particularidades que
dejaron entrever que entre ambas fui objeto de profundas y extensas conversaciones.
Mientras
escuchaba estos detalles entendí la forma en la que Samira me miraba (con
respeto y cierta admiración, como algunas mujeres ven en un amigo a una figura
paterna), durante las largas charlas que solíamos tener, sobre todo al medio
día, dado que siempre he comido en mi escritorio, costumbre que con el tiempo ella
imitó.
El
segundo aspecto tiene que ver con el repetitivo agradecimiento que me hizo su
madre no solo por mi amistad con su hija, sino también por los consejos que le
di durante años (aunque no me imagino una conversación entre ambas, donde Samira
pudiera reflejar el cinismo con el que solía darle mi opinión, cuando la pedía,
sobre temas un tanto fuera de lo común).
3.
Cuando
la mujer explicó el motivo del fallecimiento, consecuencia de una operación que
originalmente era mero trámite, recordé que desde siempre había lidiado con
problemas de salud de los que nunca quería entrar en detalles, discreción que
siempre le respeté (y al igual que nunca le pregunté sobre su árbol genealógico,
sí que investigué que el origen de su nombre era árabe y que significaba “la
que cuenta historias en las noches”).
El
detalle que me impresionó, por llamarlo de alguna manera, fue cuando citó me algunos
títulos de libros que le recomendé a su hija, varios de los cuales llegué a ver
en sus manos. La llamada terminó con la promesa de invitarme a una misa en
honor de Samira, obviamente en cuanto el COVID lo permitiera.
4.
Seguro
el lector se preguntará por qué llamar a esta entrada “Extrañas llamadas”, si
se supone que estoy acostumbrado a enfrentar situaciones disparatadas, y precisamente
ese es el detalle: venir a enterarme que yo era más importante en la vida de
una persona de lo que pensaba, rompe con cualquier esquema relacionado con mi ya
raquítico vínculo con la humanidad.
Ese
mismo día por la noche LL me habló por teléfono y durante la conversación
surgió el tema del fallecimiento de Samira (tristemente reconoció que no se
acordaba de ella), así como las reflexiones acerca de mi desconcierto.
–
creo que debo ponerle más atención a mi relación con ciertas personas de mi entorno
– reconocí en algún momento.
–
sí, como a mí – dijo, exigente y vanidosa como es, más de inmediato se
arrepintió y señaló que lo había dicho bromeando.
Una
hora después, mientras cenábamos, entró un mensaje a mi celular: era nuevamente
la mamá donde reiteraba su agradecimiento por mis palabras de consuelo y reconocía,
una vez más, los consejos y ratos de plática que a lo largo de estos años di a
su hija.
Se
lo mostré a mi mujer y exclamó: “son palabras muy hermosas las que te ha
escrito, bellísimas”. Sí, tuve que reconocer, lo borré, vi por última vez la
foto del avatar de Samira y la eliminé de mis contactos (luego también de mi
agenda del teléfono), opté por cambiar de tema y al poco rato subimos a dormir.
Al
día siguiente me desperté temprano, bajé a la sala, encendí mi laptop y decidí
escribir este texto. Ahora solo me falta decidir si le doy luz a su alma,
porque ya hasta de esos asuntos me he desentendido.
5.
Semanas
después en mi teléfono reapareció el contacto de Samira con su fotografía
teniendo de fondo la torre Eiffel, lo que me hizo recordar que en algún momento
confesó que conocer París era lo mejor que le había sucedido en su vida.
6.
Sigo sin decidir si le doy
luz a su alma.
8 comentarios:
Gracias por la preciosa entrada. Saludos del Lago!
Hola cacu, gracias...
Leyendo esto escuche y senti en mi corazon algo que me dijo dasela, referente a la luz.
Quiero decirte que eres el desconocido mas importante en mi vida, del cual eh hablado con mi familia y has causado celo en uno que otra amistad. Eres y has sido mas inportante en mi vida a nivel espiritual que cualquier padrino o madrina que haya tenido. Que a pesar de no conocerte tus consejos resuenan con mi alma y los leo y sigo como si fuera mi padre quien me hablara.
Shalom
hola yenyok... gracias por tus comentarios... te comparto que eres correspondida, saludos...
Oiga yo también hasta le he hablado a mi familia de usted, aunque nose si sea su verdadero nombre siempre digo "Alfredo García dijo esto, Alfredo García recomienda lo otro" gracias por las meditaciones sigo en recuperación pero ya me doy descansos de mis malestares y aún tengo episodios de voces o visiones, ahora más leves, pero es cosa que tengo que avanzar en mi camino espiritual y ser más constante, desde que tengo vida espiritual regular muchos problemas se comienzan a solucionar solos, claro que nuevos problemas llegan solos también xD pero me obligan a seguir, gracias por todo, guardo sus remedios como una reliquia
hola beth... gusto tener noticias tuyas... sí, mi nombre es ese... lo dice en mi libro, jejejeje, la evolución espiritual es complicada pero hay herramientas para conseguirla y sin que duela, así que sigue adelante, los resultados se ven a diario, aunque no siempre los atendemos... saludos...
Elena España. Gracias Alfredo para mí eres un gran referente, aunque en esta vida haya muy poco tiempo que no conocemos, yo te siento una gran persona y yo también habló de Alfredo me encantó leer todo lo que has puesto. Solo con decile que pida ver la luz de amor ya ella se irá solita además ella sabia lo que tú eres y estoy segura que te escuchará. Un abrazo enorme
hola elena, un gusto tenerte por acá, gracias por tus comentarios, bendiciones para tus caminos...
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